En la mañana del día 25 de mayo, se abrian de nuevo las puertas de la iglesia de María Auxiliadora, tras las procesión, esta vez para recibir una visita muy especial, la del simpecado de la hermandad del Rocio de Morón que se acercaba para despedirse de María Auxiliadora al iniciar su camino hacia la aldea almonteña.
Se pudo contemplar una singular imagen, La imagen de María Auxiliadora estaba sobre supeana en el atrio de la iglesia rodeada de los pequeños de infantil y primaria, La virgen aparecia con una bellisima estampa, tanto el niño como ella portaban coronas de flores, en su mano una flor y en la del niño romero, al cuello del niño la medalla de la hermandad del Rocio de Morón y sobre los hombres de la virgen un pañuelo de Romero.
Cuando el simpecado se coloco frente a la imagen, comenzarón los vivas y los canticos... contagiando a todos los presentes la alegría de querer a María.
Se pudo contemplar una singular imagen, La imagen de María Auxiliadora estaba sobre supeana en el atrio de la iglesia rodeada de los pequeños de infantil y primaria, La virgen aparecia con una bellisima estampa, tanto el niño como ella portaban coronas de flores, en su mano una flor y en la del niño romero, al cuello del niño la medalla de la hermandad del Rocio de Morón y sobre los hombres de la virgen un pañuelo de Romero.
Cuando el simpecado se coloco frente a la imagen, comenzarón los vivas y los canticos... contagiando a todos los presentes la alegría de querer a María.
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