jueves, 30 de abril de 2009

SAN JUAN BOSCO Y LA AUXILIADORA



El 9 de junio de 1868, se consagró en Turín, Italia, la Basílica de María Auxiliadora. La historia de esta Basílica es una cadena de favores de la Madre de Dios. su constructr fue San Juan Bosco, humilde campesino nacido el 16 de agosto de 1815, de padres muy pobres. A los tres años quedó huérfano de padre. Para poder ir al colegio tuvo que andar de casa en casa pidiendo limosna. La Sma. Virgen se le había aparecido en sueños mandándole que adquiriera "ciencia y paciencia", porque Dios lo destinaba para educar a muchos niños pobres. Nuevamente se le apareció la Virgen y le pidió que le construyera un templo y que la invocara con el título de Auxiliadora. Empezó la obra del templo con tres monedas de veinte centavos. Pero fueron tantos los milagros que María Auxiliadora empezó a hacer en favor de sus devotos, que en sólo cuatro años estuvo terminada la gran Basílica. El santo solía repetir: "Cada ladrillo de este templo corresponde a un
milagro de la Santísima Virgen". Desde aquel santuario empezó a extenderse por el mundo la devoción a la Madre de Dios bajo el título de Auxiliadora, y son tantos los favores que Nuestra Señora concede a quienes la invocan con ese título, que ésta devoción ha llegado a ser una de las más populares.
San Juan Bosco decía: "Propagad la devoción a María Auxiliadora y veréis lo que son milagros" y recomendaba repetir muchas veces esta pequeña oración: "María Auxiliadora, rogad por nosotros". El decía que los que dicen muchas veces esta jaculatoria consiguen grandes favores del cielo.
El mismo Don Bosco ideó la imagen de la Señora: vestida con túnica y manto regios, como reina bellísima, coronada de doce estrellas, con la enseña de su Hijo Jesús en los brazos, atento como Ella a los hombres, y con el poder de Dios en su mano derecha, simbolizado en el cetro. Y con los ojos en dirección a la tierra, a la Iglesia, a la Humanidad. Una Señora dinámica, en pie, dispuesta a auxiliar de inmediato. Esta imagen, reproducida en miles de formas: medallas, estampas, calendarios, llaveros... nos ofrece una compañía cotidiana como una interpelación y un signo de que detrás hay gente amiga. La imagen también se hace peregrina, en pequeñas estatuillas que van de casa en casa, visitando los hogares en su humilde altar ambulante. Esta visita es devuelta el 24 de mayo, acontecimiento
anual de características singulares. Todos los templos de María Auxiliadora reciben a muchedumbres de devotos y son escenario de expresiones impregnadas de un profundo sentido religioso, cristiano y popular. Se dan cita, junto a la liturgia más entrañable, procesiones y verbenas, el calor del encuentro y la alegría de la esperanza. Esta fiesta va precedida de la solemne novena y tiene el 24 de cada mes su conmemoración, como un medio más para la continuidad, a través del año, de una vida cristiana que se va haciendo bajo la mirada alentadora de la Madre Auxiliadora.

ORIGEN DE LA ADVOCACION DE MARIA AUXILIADORA


Históricamente se comenzó a difundir el titulo de María "Auxilio de los Cristianos", aproximadamente en el año 1558, donde la invocación será mencionada en las letanías que recitaban en el santuario de Loreto (Italia) de allí "Letanías Lauretanas". Estas fueron aprobadas por el Papa Clemente VIII en 1601.
Tres fechas marcan la historia en la divulgación universal del culto a la Santísima Virgen bajo el título de Auxiliadora de los Cristianos.
Lepanto:
El 7 de octubre de 1571, durante el pontificado de San Pío V, la flota Cristiana, con el Auxilio de María, logra una victoria contra la flota de los turcos. Después de esta victoria, se propaga la invocación de "María, auxilio de los Cristianos" y de los labios de los soldados sobrevivientes de Lepanto, se difunde por toda Europa.
Viena:
El 12 de septiembre de 1683, durante el Pontificado de Inocencio XI, bajo el mando del rey de Polonia, Juan Sobieski, con un ejército inferior de fuerzas, confiando en la ayuda de María Auxiliadora, vence al ejército turco.
Roma:
El 24 de mayo de 1814, Pío VII, liberado por la intervención de María , de la prisión napoleónica, entra triunfante en Roma, y unos meses después instituyó, la fiesta de "María Auxiliadora".