sábado, 28 de noviembre de 2009

Poesía a María Auxiliadora leida en la bajada del 2002

Cada año hay un mayo,
casa mayo una novena
y casa Noven un día
para encontrarla en la puerta,
de pie esperando al hijo
que en mayo siempre regresa.
Ha dicho en la porteria
que dejen la puerta abierta
y las luces encendidas
por si es de noche y despierta,
se ha quedado con su niño
esperando en la cancela.
Que esto es Morón y es mayo
y comenzó la novena
y cada novena tiene
un relente de azucenas,
un revuelo de palomas,
una guilnarda de fiestas,
un susurro en la capilla,
un repique en la azotea
y un estruendo de cohetes
asustando a las cigüeñas.
Por eso siempre habrá un mayo
y siempre habrá una novena,
y en cada novena un día,
que por lejos que estuvierá
nunca olvidaré Morón,
ni ese aroma de azucenas,
ni el zurear de palomas,
ni esa música de fiesta,
ni el rumor de la capilla,
ni el blanco de mi azotea,
ni a don Honorio y sus cohetes,
austando a las cigüeñas.
La torre de mi colegio,
es mi camino de vuelta
y por más tiempo que pase,
por más distancias que hubiera,
yo sé que en Marquesa de Sales,
mi casa nunca se cierra,
porque en ella está mi Madre,
vuelva a la hora que vuelva,
de pie con su niño
eserandome en la puerta.

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